Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 20
Trata en este capítulo como el rrey Ytzcoatl de Mexico bió mensajeros al pueblo de Cuitlahuac a los prençipales a demandarles las hijas y hermanas suyas para cantar en los areitos, mitotes, y rrosasLlamó el rrey Ytzcoatl a todos los grandes mexicanos, prençipales y capitanes, díxoles: "Lo que yo quisiera agora es biar mis mensajeros al pueblo de Cuitlahuac a los prençipales a demandarles sus hijas y hermanas para que canten en el lugar de los cantares de día y de noche que llaman cuicuyan. Asimismo que bengan ellos tanbién a cantar y bailar y plantar rrosas en nras huertas y bergeles. Y sauer la boluntad dellos, si se enojan o no quieren, qué dizen o rresponden. Y para ello bayan dos de ellos y sean de nros prençipales, y sea el uno Coatecatl, el otro Yhuilpanecatl". Dixo Tlacochcalcatl Tlacaeleltzin: "Bayan, señor, con uro mandato y mensaxe, y con ellos Coatecatl y Pantecatl. Y bayan con esta baxada al prençipal y señor Xochitlolinqui, y de mi parte le darán mis encomiendas y explicalle esta baxada sobre las hijas y hermanas de ellos y la planta de los rrosales para me bengan a cantar a mí y a los lugares de canto y señalen las que serán, y ellos tanbién cantarán, y beinte plantas de rrosas". Llegados, los mensajeros mexicanos explican su baxada al rrey Xochitlolinqui. Oyda esta baxada, el rrey Xochitlolinqui rresçibió grande pesadumbre y coraxe con tal mensaxe, tan mala baxada. Rrespondió y díxoles: "¿Qué dezís, mexicanos, que an de hazer allá mis hijas y mis hermanas? ¿Es cosa para dezir? ¿Búrlase de mí Ytzcoatl, que bayan a bailar allá? Eso no se podrá hazer, que allá bayan, y esto es querer dezir o de hecho hazer algo contra mí y contra este mi pueblo. Benga y hágalo, que aquí estamos para beer la boluntad de los mexicanos. Bolueos con esta rrespuesta a uro rrey Ytzcoatl. Bolueos luego, mexicanos". Y luego se boluieron.Bueltos los mensajeros con esta rrespuesta, dixéronle a Ytzcoatl: "Fuimos con uro mandato a Cuitlahuac al rrey Xochitlolinqui, el qual con ello rresçibió mucha pesadumbre, que qué abían de hazer sus hijas y sus hermanas, "si es manera de burlarse de mí o querer a la clara yntentar [22r] algo contra mí y contra mi pueblo, que no es cosa dezidera tal cosa; q si quiere benir a eso benga que aquí estamos a lo que más su boluntad fuere, porque dar a mis hijas y hermanas carnales no es líçito ni cosa para çufrir" y, finalmente, rresolutamente no quiere obedeçer uro mandamiento". Rrespondió Ytzcoatl y Tlacochcatl Tlacaeleltzin y Tlacateccatl y Monteçuma, los prençipales, dixeron: "Señor, son bellacos estos de Cuitlahuac: pues tan poco tubo buestro rreal mando y la de todos estos buestros prençipales. ¡Bolueros tan agrabia rrespuesta! Sea esta la manera: bamos, señor, por ellos y ellas como quien tra un poco de atole (alexixa) para beuer. Y, si no, bayan otra bez con bien uros prençipales con la mesma demanda a Xochitlolinqui, rrey de ellos, q les rresponderán". Tornaron a boluer los dos prençipales llamados Pantecatl y Coatecatl. Llegados a Cuitlahuac, dixéronle al prençipal y rrey: "Señor", dixéronle, "señor, dize el rrey Ytzcoatl que si tendistes bien la baxada dél y de todos los mexicanos". Rreplicó hera berdad que tal rrespuesta truxeron los mensajeros y que hiziese Ytzcoatl lo que quisiese y todos los mexicanos; que de lo que abían dho tornauan a dezir que estauan determinados a guardarlos; que qué podían ellos más dezir. Con esta rrespuesta se boluieron los mexicanos al rrey Ytzcoatl, de que se afirmaua lo que abía dicho Xochitlolinqui. Dixo a los prençipales mexicanos Ytzcoatl: "Sea norabuena. Ellos no están sus casas, tierras y asiento, an de bolar, no están seguros. Sosegá y descansá bosotros, que yo os daré el abiso del descanso de buestro deseo y daros a las manos a estos miserables de cuitlabacas. E, descansados, biaréis mis mensajeros a los prençipales de Chalco Tlalmanalco. De mi parte les daréis mis saludes a los señores de allí, Cuateotl Tonteoçiuhteuctli, y si an de ser fauor de los de Cuitlabaca. Beréis lo que os rresponden. Que me bíen dello rrespuesta". Llegados los los mensajeros a Chalco, explican su baxada de la manera dha. Rresumidamente dixeron: "Señores mensajeros, eso no sauemos ni tendemos, ni tal ayuda ni fauor nos an pedido, ni tal les daremos. Ellos se tienden. Y no ai más que esto". Bueltos los mensajeros, cuéntanle al rrey Ytzcoatl la rrespuesta truxero de Chalco. Bisto y tendido, el rrey Ytzcoatl dixo a los prençipales: "Dad abiso a los mançebos los ayuntamis y ensayos de casas de armas luego se aparexen y estén aperçibidos para luego de muy gran mañana, con rrodelas, espadartes y macanas y sus debisas espantables, cornetas, tanbores, bayan con gran estruendo y bozería, como lo suelen hazer las semexantes guerras que an hecho". Y es de notar que, como dho es, abía casas de estudios y exerçiçios de armas y maestros de ellos. Lo propio tenían casas de cantos adonde se ensayaban a cantar y bailar el areito del mitote con teponaztle y tlalpanhuehuetl, que se a hecho minçión de esto. Asimismo abía casa de cantos de mugeres que cantauan y bailauan, y aun se hazía allí gran [22v] ofensa a Nro Señor que, començando el canto y baile, y como era de noche y los maesos estauan beuiendo y. ellas tanbién, benían después a efecto a actos carnales y disoluçiones, que morían las mugeres por no dexar este biçio y pecado. Llaman a esta tal casa cuicoyan, alegría grande de las mugeres, por persuaçiones de Huitzilopochtli para atraer más almas. Abía otras casas en Mexico Tenuchtitlan de escuela de muchachos y de amigas, señauan a hazer labores mugeriles de la tierra a su usança.Puestos y aperçibidos a punto, una muy gran mañana començaron a marchar el campo la bía de Cuitlahuac. Llegados a Yahualiuhcan, haldas de un çerro junto a Cuitlahuac, marchan conçertadamente y llegados a la parte de Tecuitlapan, aguardan las canoas allí traían los mexicanos para pasar al dho pueblo, que está medio del agua dulçe este pueblo de Cuitlahuac. Y estando los unos con los otros todos en canoas, danles tanta bozería y grita los yban maltratando cruelmente, y para más espantallos comiençan los mexicanos con artes de la ingromançia de llamar a todas las sabandixas del agua de las que cría y naçen de naturaleza como son. Y por lo consiguiente los de Cuitlahuac llaman a los propios animales y sabandixas para rretener a los mexicanos; y las sauadixas que son anenez, acoçilin, atetepitz, atopinan, acuecueyachin, acoatl, achichinca, atlacuillo, atecocolli y todos los demás que allí ay y se crían. Y tras de los cuitlabacas benían todo género de patos y pescado blanco sus canoas, rranas, axolotes, para dar y presentar a los mexicanos como a basallaxe y suxeçión, para amansar la furia de los mexicanos. Llegados adonde estaua el escuadrón y gente mexicana, se umillan a ellos con mucha umildad, preséntanles todas aquellas cosas que traían delante y detrás de sí, y dixéronles: "Señores míos, preçiados mexicanos y amigos y basallos del rrey Ytzcoatl, beis aquí todas estas cosas, que estas serán cosas de nro pecho y tributo y hagamos lo que mandáis: lleuaremos al gran palaçio mexicano nras hijas y hermanas, adonde tiene silla y asiento el tetzahuitl (abusión) Huitzilopochtli, y las lleuaremos el lugar de los cantos y areitos como bosotros lo mandáis, en cuicoyan, lugar público de canto de los mancebos conquistadores; y yremos a los bailes y areitos nosotros; y yremos a plantar géneros de rrosales". Rrespondieron los mexicanos: "Sea norabueno. Con eso tanbién queremos yr y beer a buestro pueblo y lugares. Y mirá que a otra bez no os hagáis rrebeldes y rrehazios". Dixeron los cuitlabacas que tal cosa no hará ni yntentarán xamás. Y bisto el pueblo y lugares, se bueluen los mexicanos a la rrepública y corte mexicano. Llegados, cuentan por estenço a Ytzcoatl y a Tlacochcalcatl y Tlacatecatl y Monteçuma y dixéronle como, "biendo uro gran poder, los cuitlabacas dexaron las armas y se binieron de muy buen grado y boluntad, ofresçiendo siempre harían aquel tributo de géneros de pescado, rranas y las demás. [23r] Y binieron a rresçibirnos hasta el lugar llaman Tecuitlatengo, la parte se coxe el tecintlatl se come. Binieron con mucha umildad y basallaxe de ura rreal persona y corte mexicana, y todos juntos, estando nosotros dentro de su pueblo, binieron ante nosotros biexos, maçebos, niños y biexas, moças, niñas, niños, a este propio basallaxe. E bendrían sus hijas a serbiros uro palaçio y las casas de los cantares y escuelas y ellos por lo consiguiente. E que xamás serán tornadizos". El rrey Ytzcoatl les agradesçió la conquista que abían hho y de tener debaxo y mando el pueblo de Cuitlabac. Díxoles: "Yd y rreposad en buenora uos balerosos y esforçados cuerpos, hijos y hermanos mexicanos". Y dende algunos fallesçió el rrey Ytzcoatl. Y luego los mexicanos alçaron por rrey a Monteçuma el biexo, que es el quinto rrey mexicano, que començó luego a rreinar.